Los tipos de apego infantil influyen en la forma en que nos relacionamos en la adultez, ya que juegan un papel clave en la formación de la personalidad. La calidad del apego afecta el comportamiento, la expresión emocional y la gestión de las emociones a lo largo de la vida.

Apego seguro

En este estilo el niño siente el apoyo incondicional de su figura de apego, lo que le brinda confianza para explorar el mundo. Busca activamente el contacto con su madre, responde adecuadamente a ella y expresa diversas emociones.

Apego inseguro

A menudo, el niño muestra más ansiedad hacia sus padres que hacia otras personas. Estos niños tienden a ser autosuficientes y no expresan emociones como miedo o rabia. En el fondo, desconfían de que sus necesidades sean atendidas y prefieren no manifestarlas.

Apego ansioso

Este tipo de apego refleja la desconfianza del niño hacia su figura de apego. Tras una breve ausencia de la madre, puede reaccionar con rabia y rechazo, para luego buscar contacto con ansiedad. Sus emociones suelen ser intensas y desbordadas.

Apego desorganizado

Este tipo de apego es uno de los más desconcertantes. Los niños con apego desorganizado tienen un comportamiento caótico e impredecible: a veces buscan apego y otras veces se alejan, pero siempre de manera superficial y para satisfacer alguna necesidad.

RECOMENDACIONES:

• Brindarles seguridad y protección.
• Potenciar su autonomía cuando quieren explorar el mundo.
• Contestar a sus preguntas.
• Prestarles atención cuando lo solicitan.
• Marcarles límites con sensibilidad, ya que les da seguridad y autoestima.
• Empatizar con sus emociones.
• Responder adecuadamente a sus necesidades.
• Mostrarse disponibles para ellos.
• Ser coherentes y predecibles.
• Respetar su manera de expresar las emociones.
• Darles confianza para potenciar su autoestima.
• Hacerles saber que el amor es incondicional aunque no hagan las cosas bien.

Interna: Barbara Tais Ojeda Ramirez